Aviso!!

Las entradas o "capitulos" de este blog están ordenadas del revés. Como se trata de una especie de historieta tendreis que empezar desde abajo y seguir hacia arriba.

martes, 25 de diciembre de 2007

18. ROBERTO. It's raining... man

Esa noche no pude apenas dormir. Tras mi humillación pública en el bar, llegué a casa y me encerré en la habitación. Por primera vez en mi vida, me salté la cena. Mi móvil sonó varias veces: era Gema. Sabía que había estado todo el día buscándome pero no tenía ganas de llamarle porqué no sabía qué inventarme. Así que le mandé un mensaje diciéndole que me había puesto enfermo y que le llamaría en cuanto me encontrara mejor. El móvil volvió a sonar, esta vez por la llegada de un mensaje. Era Ricardo diciéndome que les jodieran a todos y que para lo que quisiera que contara con él. ¡Qué grande era Ricardo! Creo que era la única persona del mundo que me respetaba.

Cerré los ojos e intenté no pensar en nada. Sobre todo, olvidarme de la puta cara de Santi y su insoportable risa. Empezó a llover de nuevo. Anoche también llovía… Recordé a Rebeca, con su pijama de vaquitas, cuando me abrió la puerta de su casa y aparecí ante ella totalmente mojado por el diluvio que estaba cayendo. Nunca la había visto tan tapada… pero le vi tan sensual como siempre. Era su boca, sus ojos, no se… pero era la provocación personificada, aun sin proponérselo.

Se quedó sorprendida al verme allí: “Gema no está…Tenía cena de empresa, ¿no te ha avisado?” “Lo se, acabo de hablar con ella…” “¿Entonces…?” Tardé en contestar, realmente no había planeado ir allí, lo había hecho sin más, sin pensar en qué diría al llegar. “Es que me ha dicho que te habías puesto enferma y no se, he venido… quería saber como estabas…” Me puse tan rojo que creo que el ardor de mis mejillas hizo que se evaporara parte del agua que me chopaba de cabeza a pies. Ella estaba más extrañada si cabe, con mi explicación. “No tenias que haberte molestado… Sólo ha sido un desmayo, una bajada de tensión, pero ya estoy bien”. “Bueno, es que me lo ha dicho y me he preocupado, quería saber como estabas, quería ver que estabas bien…” Ni si quiera me atrevía a mirarle a los ojos, creía que estaba haciendo el mayor ridículo de mi vida. “Pasa” “¡¿Qué?!” “Pasa” “De verdad, no quería incomodarte, sólo quería…no tienes que molestarte en…” “Pasa, por favor”. Me cogió de la mano y me hizo entrar casi a rastras.

Me insistió en que me cambiara de ropa para que no me resfriara (tenia un cajón de ropa propia en la casa, del tiempo que pasaba allí) y me preguntó que cómo era posible que no llevara paraguas si hacía horas que estaba lloviendo. “No se” dije yo. La verdad es que había telefoneado a Gema desde mi casa, y en cuanto colgué salí disparado. Sin chaqueta y sin paraguas, sólo pensando en que Rebeca se había desmayado y que necesitaba ver que estaba bien.

La mirada de Rebeca cambió, la inicial sorpresa se había desvanecido y en su lugar no se bien que apareció. No sabría definirlo. No era su clásica mirada insinuante, con la que conseguía volverme literalmente loco. Estaba más serena, tranquila… dulce. “¿Has cenado?” se me ocurrió preguntar. “No, estaba a punto de prepararme algo…” “¡No te levantes!” Le dije poniéndole las manos en las rodillas para evitar que se pusiera en pie. Nos quedamos mirándonos durante unos segundos, callados. Por primera vez, dejó de intimidarme y mirándole directamente a los ojos, le susurré: “Déjame a mi, déjame que esta noche te cuide…”

viernes, 21 de diciembre de 2007

17. Rebeca - La cama se hizo para dormir

Estaba dormido a mi lado. Los dos estábamos desnudos. Gema acababa de llegar a casa. Roberto y yo nos pasamos toda la noche follando. Roncaba. Bueno, uno más que ronca…

“Shhh, Roberto… ¡Cállate! Tu novia ha llegado…” “¿eeh??... ufff… joder…” “cállate…”

En el pasillo se oyó como Gema volvía a abrir la puerta y se marchaba. Roberto ni se enteró…
Menuda noche, no sé si arrepentirme o no… No sé qué pensar. Todo es muy confuso en mi mente ahora. Desde que entró en casa como novio de Gema me resultó muy simpático y tierno, y siempre le he tonteado, aunque amistosamente… ¿o no? No lo sé… Ufff. Es un buen tio, más feo que un pecao, pero encantador en el fondo. ¿Me gusta?... Esta noche lo he pasado muy bien con él, no me he sentido incómoda en ningún momento… Aunque el si, jejeje. Le miro, durmiendo como un oso, porque, al menos físicamente, de angelito no tiene nada. Creo que me gusta… No! Es el chico mas feo con el que he estado con diferencia, pero posiblemente el que más, o mejor dicho, mejor interesado ha estado en mi… ¿Qué pensaran de mi?? He bajado mi listón de belleza hasta el suelo… Bah!, creo que eso me da igual ya… Estoy cansada de ser la putita del grupo... Roberto se despierta;

“mmmphfff… hola rebeca” ¡Que majo! Que sonrisa me ha dedicado… Creo que nunca nadie me ha sonreído así por la mañana. Se acerca torpemente, me abraza, me besa… Yo me aparto. “Eeeh.. ¿qué pasa??” No sé… No sé qué me pasa… Él bromea “¿Qué pasa? ¿anoche ibas demasiado borracha y ahora te has dado cuenta de lo que has hecho??” Yo no contesto… Dios!! No sé qué hacer… “Roberto, creo que deberías irte a casa…” Hay que ver lo rápido que perdió la sonrisa, pobre. “¿pero qué…?” “Roberto, por favor. Márchate antes de que vuelva a venir tu novia. Esto que hemos hecho no está bien…” “Pero Rebeca…” “¡No!, no me digas nada, por favor…” Roberto se calló. Tenía los ojos perlados… “Márchate Roberto, por favor…” La forma en la que Roberto me miró en ese momento nunca la olvidaré. Se levantó, se vistió y se marchó.

Yo estuve sentada en la cama unos 10 minutos pensando en nada. Nada en absoluto. De repente sonó el móvil… Era Gema. “¡Rebe!! ¿Tu sabes dónde está Roberto??” “Eeeem… ¿No se supone que estaba contigo, Gema?? “No, anoche no quedé con él… Y ahora estoy en la puerta de su casa, pero sus padres me han dicho lo mismo que tu… Que tendría que estar conmigo…” “¿Le has llamado al movil??” “Apagado o fuera de cobertura… Bueno da igual Rebe, perdona por despertarte… ¡Hasta luego!!” … Madre mía. ¡Qué marrón!. Hasta luego Gema…