Aviso!!

Las entradas o "capitulos" de este blog están ordenadas del revés. Como se trata de una especie de historieta tendreis que empezar desde abajo y seguir hacia arriba.

lunes, 4 de junio de 2007

5. MARÍA: La erótica del cabrón

Hay dos tipos de fantasías femeninas: las que fantasean con cambiar a un gay de acera y las que fantasean con hacer de un cabrón un padre de familia. Mi amiga Olga es de las segundas… y bueno, de las primeras, es una mujer de retos, que está allí dónde tenga que poner a prueba su poder de seducción y demostrar que no hay hombre que se resista a sus encantos. Bajo su apariencia de come hombres, no hay más que una soñadora que hace castings rápidos sobre la población masculina para encontrar a su hombre ideal. Como ya he dicho, su debilidad son los cabrones (dice que le gusta que le metan caña… ¡ja! después bien que me llora) pero todavía no ha conseguido domesticar a ninguno. Esa noche yo le acompañaba en su última misión: Operación Pablo. Cuando me dijo que había quedado con Pablo no me lo podía creer:
“¡¿Pablo?! ¡¡¿El Pablo que te “dejó” por móvil sin dar explicaciones?!! ¡¡¡¿El Pablo que te soltó el rollo de que se había ido a China y por eso no había podido contestar tus mensajes porque se dejo el móvil en casa?!!! ¡¡¡¡¿El Pablo que te perjuro que te volvería a llamar y que nunca lo hizo?!!!! ¡¡¡¡¡¿El Pablo que cuando lo volviste a ver se excuso diciendo que le habían robado el móvil?!!!!! ¡¡¡¡¡¡¿¿PABLO??!!!!!!”
“Sí” Se limitó a contestarme ella con una sonrisa de oreja a oreja. Me contó que se habían reencontrado y que no hacía más que pedirle que volvieran a quedar. Pero ella, que no es tonta (me dijo, pero yo no lo tengo tan claro…) le había dicho que sí con la condición de que cada uno llevara amigos y quedar en grupo. Ahí entraba yo.

Y allí estaba aquella noche, con mi amiga embobada y babeante con su idolatrado Pablo y yo rodeada de tres de sus amigos. La situación no podía ser más patética, para mí, claro. Nada más presentarme a los 3 desconocidos, me giro y Pablo y Olga ya están a lo suyo. No tardan ni 30 segundos en decir “Ahora volvemos” Y yo, con cara de circunstancia y sonrisa fingida, con esos tres: “Bueno, pues aquí estamos, je,je….je”. Los chicos no eran muy avispados. Mientras dos miraban al techo cubata en mano, el tercero me miraba con cara de idiota: “¿Vienes mucho por aquí?” “Sí, vivo cerca” “No Habíamos coincidido…” “Ya…” “¿Me das un beso?” En ese momento me hubiera gustado ver mi propia cara: “¿Cómo?” (no puedo haber escuchado bien) “Que si nos enrollamos” “….¡¡No!!” Y encima se me quedó mirando con cara de extrañado, como diciéndome que tía más rara. Estuve a punto de decirle: “No, es que yo no me lío con los tíos hasta la quinta frase” ¡No te jode! Pero en vez de decir eso, dije: “Me piro”. Y sin esperar contestación, me fui del pub.

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