Aviso!!

Las entradas o "capitulos" de este blog están ordenadas del revés. Como se trata de una especie de historieta tendreis que empezar desde abajo y seguir hacia arriba.

miércoles, 6 de junio de 2007

6. LUCAS - Inventario

De vuelta en el garito descubrí que uno de mis amigos, Pablo, ya no estaba y que en su lugar había una chica sentada con el resto de colegas. Era rollo entrevista de trabajo; Mis tres colegas, J.J., Carlos y Pepe Mierda (algún día os contaré por qué le llamamos así) en un extremo de la mesa y la misteriosa chica en el otro. La voz cantante la llevaba el Mierda, mas que nada porque los otros dos estaban empanadísimos pensando en las musarañas (uno de los múltiples efectos del alcohol). Bueno, el caso es que no sé por qué pero cuando estaba a punto de llegar a la mesa y sentarme, la chica se levantó y se marchó. La historia de mi vida. Soy como la policía, que siempre llega cuando el malhechor ya se ha pirado…

“¿Quién era esa tía??” Pregunté a mi colega el Mierda. “Nadie, una pava. Una estrecha” me contestó como pasando del tema. De repente, J.J. volvió al mundo real y saltó: “Era la amiga de la tía que está follándose Pablo en tu coche ahora mismo”… Automáticamente pasé un rápido inventario de lo que dejé en la mesa antes de ir a mear; Tabaco, mechero, móvil, llaves del coche…. No. Miré en mis bolsillos; Llaves de casa, monedas sueltas, cartera, llaves del coche… No. “Me cago en su sangre. Ahora vuelvo.”

Conforme iba alejándome de la mesa donde estaba con mis colegas se escuchaban risas de cachondeo “¡No les cortes el rollo hombre!!!”… ¡Cómo se partían el culo los muy cerdos!!. ¡Me marcho un momento y me faltan un amigo y las llaves del coche! ¡Qué hijo de perra que es Pablo!!. Al menos la chica que me he encontrado en su lugar hace un rato estaba bien buena. Qué lástima que se haya ido antes de conocerla. ¡A ver si me la encuentro por ahí!... Estos eran los pensamientos que tenía de camino a mi coche, donde Pablo estaba fornicando con una pava que ni conozco ¡y sin mi permiso!, un poco rabioso y con los pezones duros por el frio nocturno. “Bueno, casi mejor que no me la encuentre…” me dije en voz alta mientras pasaba por al lado de dos fumetas que me miraban raro…

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